sábado, 28 de abril de 2012

Todas, absolutamente todas nuestras acciones, pensamientos, movimientos y reacciones están justificadas, motivadas por algo. Todo está conectado, unido, sensiblemente cosido a otra cosa, sea este enlace sutil o profundo. Lo que hacemos, al igual que la ausencia de acción, de palabra o de pensamiento tiene un porqué. Y averiguarlo, darse cuenta, hacerse consciente es un proceso lento y cansado.

La RAE nos dice que "motivo" viene del latín tardío motīvus , relativo al movimiento. La vida es movimiento, fluir. Un año solo es una sucesión de días; el cuerpo, solo un tanque orgánico por el que fluyen los pensamientos, las emociones, las sensaciones, las heridas. Y lo que queda de ese pasar es lo que somos, solo el residuo de lo que más nos ha emocionado o dolido o gustado se convierte en un ladrillo que nos hace crecer y vivir y ser.

Luego está la otra parte, la huella que dejamos en los demás. Pero eso es otro tema.

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