Pero también es esa canción, ese libro, esa idea que te gustaba y no terminabas de entender. Porque has vivido algo desconocido, quizá sin escogerlo, y eso te ha hecho entender. Y ya no vas a mirar la canción con los mismos ojos porque esas letras han decidido explicarse. Y ya no hay vuelta atrás. Puedes intentar olvidarlo, negarte a entenderlo.
Pillar una perreta y decir que odias, pero odias mucho a Miss Caffeina. Por pedorros. Por cursis. Porque a quién se le ocurre decir esas cosas con esas palabras que parecen super happy pero luego no. Porque a ver quién se creen con sus pantalones pitillo y sus flequillos y esa voz que de dónde ha salido, amiquemeloexpliquenhombreya.
retrasar
lo
inevitable
Lo único... no os olvidéis de rescatar esa lista tan fantástica, ese manojo de páginas, ese cd que empieza a coger polvo, porque haréis las paces. Y querréis volver a la vocecita tierna de Zahara y a la risa de Santi y a los gallos de Vetusta. Y os acordaréis de la perreta pero ya no será para tanto.
Palabra.
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