sábado, 15 de diciembre de 2012

Los mayores nos lo decían: ¿creéis que sólo se referían a los trabajos de plástica, los deberes de mate, recoger la habitación? ¿Quizás, un consejo para nuestra futura vida académica -hijo, las cosas cuestan esfuerzo y dinero, no malgastes ninguno de los dos-?
No. Ellos querían contarnos que lo único realmente importante en nuestras vidas no puede darse si no nos atrevemos a terminar lo que empezamos. El problema es el de siempre: en su momento no preguntamos y, ahora... bueno, puede que ya sea demasiado tarde.
¿Cómo se nos ha escapado tanto tiempo que, para amar, necesitamos perdonarnos, encontrar nuestro hueco en el mundo, cerrar la herida?

Ya no hay excusa. La evidencia se presenta y no tenemos tiempo, pruebas, fuerza para negarla. Acaba lo que empiezas. Ama y llora, maldice, siéntete morir; recoge los trocitos y componte, y nunca, nunca vuelvas a quejarte.
El Amor (sí, con mayúscula), el Amor está ahí y es más listo que nosotros. No vendrá si sabe que no tiene cabida en nuestra vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario