jueves, 6 de octubre de 2011

polisemia

- Y entonces, ¿qué somos? -le preguntó ella angustiada.
Nada -dijo él- tu y yo no somos nada.

Aquella noche, Pilar durmió tranquila. El barco se hundía y él le había dado la única respuesta que conseguiría salvarlos: nadar, lo que había que hacer era nadar.

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